me duele, lo hace porque me duele. El hijo de puta sabe que me duele pero no deja de golpearme. cada vez más abajo. cada vez más fuerte.
mi boca siente el gusto amargo y caliente de la sangre, últimamente está familiarizada con este sabor.
el sigue su trabajo, no flaquea, no cesa. me cuenta que es mi culpa, que yo lo obligo, que a mi me gusta.
"¡gracias por avisarme!" no tenía idea que yo era la que le pedía que me deforme, que rompa todo adentro. no sabía que yo estaba eligiendo ser violada, en el más hipotétio y literal de los sentidos.

mientras planeo objetar que el esternón me duele de toser, que lo moretones son partes de crecer, que las ojeras se deben al calor, él con lágrimas en los ojos me pide perdón. me narra su semana agotadora y agobiante, me cuenta cuánto quiere cuidar mi alma, promete en vano que no se repetirán los escandalosos hechos de esta tarde en el  futuro.

asqueda de mentiras me retiro de mi habitación vacía. planeo un fututo en el paraíso, sin mi cuerpo golpeado, sin mis lágrimas, sin mis falsas risas. me retiro, adiós a todos.

¿alguien podrá ayudarme a dormir para olvidar al despertar?

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