detenido el tiempo en algún silencio inoportuno al momento de la respuesta, el incómodo vacío que le sigue a mi pregunta... ¿estás ahí? quiero saber. obtengo una "bastísima nada rodeada de nada donde solo las piedras crecen" como contestación.
me piden que confíe en vos, y se que debo hacerlo, que puedo hacerlo, ¿sino en quién?. si no sabría que me cuidás y me escuchás desde algún universo inteligible donde te cansás de verme fallar, ¿en quién creería?, ¿qué razones tendría para continuar abstrayendome?.
según alguien que supera mi capacidad de enajenarme, si todo fuera más simple lo seguiría viendo complejo, entonces nada es tan complicado realmente.
sin embargo cuando grito tu nombre y mi clamor es por tu ayuda no logro escuchar nada más que un infinito receso de sonidos que me quieren confundir. es el momento entonces de apropiarme de nuevas convicciones, como dejar de esperar cosas de otros seres, inclusive del mismo Dios
el autoestima en su justa medida es como gozar de muy buena salud. 
la soberbia en cualquier cantidad es comparable con una enfermedad terminal...


tenés fecha de vencimiento, ¿sabés?

"el enamorado no quiere dejar su amor. si le das a elegir entre el olvido y el sufrimiento el tipo elige el sufrimiento, pensando que su amada va a tomar este gesto como una clase de heroísmo.."