en la oscuridad todo parece más impreciso, más inerte, más solemne. se nubla la razón, los oídos captan los estruendos más lejanos, una montaña derrumbandose al otro lado del mundo calla para que pueda sonreir y no pensar en lo imposible de esta infinita calma. el miedo no existe cuando encallan las sirenas en arenas costeras a una hora de la media noche. no veo nada pero siento los sonidos de tu nombre en el momento que salen de esta caprichosa palabrería como por casualidad, aunque hayan estado planeados desde siempre para nombrar y renombrarte hasta la muerte

No hay comentarios:

Publicar un comentario