ganas de

maldita tarde que corrompió la luz y la convirtió en oscuridad. de rojo se teñía el cielo, el piso. las lágrimas montaban un circo que nublaba la cordura y los gritos ahogados rompían con la inverosímil estructura de un ser que dejó de ser lo que era de tan vil y cruda manera.

rompió paredes, puertas, egos y autoestimas pero nada logró satisfacer su sed, su ganas de romper.
se pregunta por qué. todos los días amanece y pregunta por qué pero la respuesta no llega, nunca llega a llegar. la incertidumbre la está por matar.

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